martes, 23 de agosto de 2011

Viernes 4 de noviembre.


Sonó el despertador a las 7 de la mañana.  No me lo podía creer, era ya viernes. Que rápido se me había pasado la semana, con lenta que se me hacía siempre. En general cuando sonaba mi despertador  un viernes, solía alegrarme, ya que  ese molesto ruido por la mañana marcaba el principio de todo un fin de semana por delante. Pero cuando sonó aquel viernes, sinceramente no me alegré en absoluto.
Era viernes 4 de noviembre.  El esperado y deseado día de Sammy y Serena, pero mi temido día. Sí, hoy venía Justin Bieber a Madrid. Estaba segura de que iba a ser el peor día de mi vida, o por lo menos unos de los peores. 
Salí de la cama con mucha pereza aún,  pero me metí a la ducha para espabilarme, después me arreglé, desayuné y me fui al instituto.  Voy a preferir saltarme la parte del instituto, ya que no os contaría nada nuevo, ya que las clases fueron un peñazo como cada día, y claro que no faltaban Sammy y Serena hablando de Justin Bieber todo el día, y como me lo suponía aquel viernes lo hicieron como ningún otro día.
Por fin sonó la sirena del instituto, y nos dirigimos a casa las cuatro.
-A las 4:30 voy a buscarte. –me dijo Serena entusiasmada.
-Vale. –me limite a contestar.
-Luego id al metro directamente, yo os espero allí y no lleguéis tarde, eh.  –nos dijo a las dos Sammy.
-Bueno, yo me voy. –nos dijo Emma acercándose a nosotras para despedirse.
-Está noche te llamo y me cuentas todo, eh. –la chillé mientras se alejaba.
-No lo dudes. –Me respondió.
Yo seguí andando con Serena y Sammy hasta que Serena cogió otra dirección.
-¡A las 4:3º, estate preparada, eh! –me chilló.
Yo me limite a asentir.
Cuando llegamos a mi portal Sammy y yo nos despedimos, ella se fue y yo empecé a buscar mis llaves. Cuando de pronto oí como Sammy desde su portal (es que solo vive dos portales más arriba que el mío) me chillaba:
-¡No olvides ponerte lo que nos hemos preparado!
¡Dios! Pensé. Se me había olvidado por completo. Además de tener que acompañarlas, a las muy listas se les había ocurrido comprarnos las tres la ropa a juego. E… imaginaos como íbamos vestidas.

Me miré en el espejo, no me creía que de verdad fuera así vestida. Llevaba unos pantalones pitillos negros muy ajustados, una camiseta negra lisa, (tendría haber sido ancha, pero estaba ya cansada de Sammy y Serena, por lo que me la compre ajustada) una chaqueta morada y unas Supras moradas. ¡Ah, y se me olvidaba lo más importante! Las típicas gafas retro RayBan  color negro, con una gorra negra de beisball.
Era como tener al mismo Justin Bieber delante de mí. Aún no entendía como me habían convencido para vestirme así, para comprarme todo eso, que no había sido precisamente barato, sobre todo las Supras  aunque, eran verdaderamente bonitas. Y he de decir, que la ropa me sentaba genial. No tengo unas medidas precisamente de modelo, pero tengo  un buen cuerpo la verdad, por lo que la ropa ajustada me sentaba genial.  Solía vestir con la ropa así, ajustada y demás, pero no… No de chico. Porque era lo que parecía en aquel momento, cualquiera me habría podido confundir con un chico de no ser porque  tengo un precioso pelo marrón que me encanta cuidar y que me llega por la cintura. 

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