lunes, 22 de agosto de 2011

Principio.

Todo tiene un principio, y bueno, es por ahí por donde me gustaría comenzar. Pero… como empezar por el principio si ni siquiera yo sé como empezó todo esto.
Podría volver unos cuantos años atrás, pero entonces todo esto se alargará una infinidad.
También podría retroceder unas cuantas semanas, pero creo que entonces quedarían muchos cabos sueltos. Lo mejor será que retrocedamos unos meses, sí, eso será ideal.
¡Ah sí! Por cierto, mi nombre es Alejandra, pero podéis llamarme Ale, como hacen todos.
Pues como iba diciendo, o más bien, como os iba a contar. Era octubre, hacía apenas un mes que habíamos empezado el insitito. Y si no recuerdo mal, para ser más exactos era viernes. Sí, viernes 28 de octubre de 2011. Mis amigas y yo habíamos quedado para ir a por ahí a dar una vuelta, en el sitio de siempre, y a la hora de siempre. Y como siempre, yo llegaba tarde. Os las presentaré, mi mejor amiga se llama Emma, es una chica estupenda, amable, con carácter, inteligente, tiene un sentido del humor muy ocurrente, es genial. Luego está Samanta, todos la llaman Sammy, y es también muy buena chica, aunque un poco despistada, ¡ah! Y es belieber, al igual que  Serena, de Serena la verdad es que no sé muy bien que decir,  es más reservada que nosotras, más callada,  pero cuando hay fiesta, tiene mucha marcha. Pues como decía, habíamos quedado en la plaza de Cala a las 6, y yo estaba en ese mismo momento saliendo de casa. Llegue y allí estaban todas.
-¡Por fin has llegado, menos mal! –exclamó Emma.
-Ya, lo siento mucho. –le dije a Emma acercándome a saludarla.
-¿Vais a parar ya de hablar de mi amigo Gayber? –dijo Emma.
-¡Qué no le llames así! –chillaron a la vez Serena y Sammy.
Emma y yo empezamos a reírnos.
Verdaderamente yo no odiaba a Justin Bieber como Emma, simplemente que no me gustaba, no me atraía nada de lo que hacía, ni su música, ni él.  En cambio ella lo odia, se podía considerar oficialmente como una anti-bieber.  No solo porque lo odiaba, sino porque sus gustos musicales son muy contarios a lo que él hacía.
A mi la verdad que sí que me gusta el Pop, el rock ligero y demás, pero no Justin Bieber.
-De verdad tías, sabéis que lo odia. ¿Por qué la torturáis de esa forma? –les dije entre risas.
-Ella nos tortura con su música. –me reprochó Serena.
-Al igual que vosotras a mí con la vuestra. -replicó de inmediato Emma.
Empecé a reírme, era muy gracioso contemplar estas discusiones, y también participar en ellas.
-¿Bueno, y qué es lo que le pasa al Bieber?
-¡Pues que va a venir el viernes que viene a Madrid, a presentar su nuevo CD, believe! –me chilló Sammy.
-Ah… Pues que bien, ¿no? –dije con un tono claramente irónico.
-Pues prepárate, que aquí viene lo mejor… -dijo Emma, con una sonrisita en la cara que no me gustaba ni un pelo.
-Y Sammy y yo queremos ir Ale. –dijo Serena.
-Pues vale, ir. A Emma y a mí no nos pasará nada porque faltéis un día. 
-Así que te parece bien, ¿no? –me pregunto Sammy.
-Pues claro, vosotras sabréis como gastáis vuestro preciado tiempo. Ese no es mi problema. –contesté.
-Pues yo creo que sí que es tu problema Ale. –me dijo Emma entre risas.
-¿Por qué? –pregunté.
-Pues, porque Sammy y yo hemos hablado con nuestros padres, pero dicen que solo podemos ir si vamos con alguien más mayor y más responsable. Y habíamos pensado que si tú… Bueno…
-¡QUÉ! Estáis locas. No voy a acompañaros a ver Justin Bieber. Además, solo soy un poco más mayor que vosotras. Y tampoco soy tan responsable… Por qué no se lo pedís a ella. –dije señalando a Emma.
-Simple. Porque si la llevamos lo mata, y queremos que nos dure un poco más. –me contestó Serena.
-Sí, así es. –dijo Emma con una sonrisa en la cara que daba miedo.
-Pero, pero… No. No. No. A mí no me pidáis eso. NO.
-Por favor, por favor, por favor, por favor. –me suplicaron las dos.
-Que no os he dicho. –dije.
-Vamos Ale, con lo buena que tú eres. –dijo Serena.
-Sí, y lo responsable. –la siguió Sammy.
-Bueno, en eso tienen razón- las apoyó Emma entusiasmada.
-¡Eh! Tú tendrías que ayudarme Emma. –le reproché.
-¡POR VAFOOOOOOR! –suplicaron Sammy y Serena nuevamente.
Yo no dije nada, tan solo las miré, y después miré a Emma, que me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Y tú por qué sonríes así? –le pregunte a Emma.
-Porque todo esto es muy divertido. –me contestó entre risas.
-Vamos Ale. –me pidió Sammy.
-Ale, por favor. Con lo que nosotras te queremos. Por favor. –dijo Serena.
-Venga Ale, no seas mala persona. Acompáñalas. –me dijo Emma aún riendo.
Después Sammy y Serena me miraron, poniendo carita de niñas buenas. Y a eso saben que no me puedo resistir.
-Puff… está bien. Os acompañaré.
-¡Sí! ¡Bien! –chillaron las dos como locas, y después se lanzaron a mí para abrazarme.
-Muchísimas gracias Ale. –me dijo Serena.
-Sí, te debemos una. –me dijo Sammy.
-Ya lo creo que me debéis una, ya lo creo. –les contesté.
Después volvieron a abrazarme.
-Pero… ¿y tú? –dije dirigiéndome hacia Emma.
-¿Yo qué? –me contestó.
-Que tú qué harás ese día. –le pregunté.
-Ah, eso. Por mí no te preocupes. He quedado con Tay.
-¡Oh qué dices tía! Que fuerte. ¡Con Tay! –dije asombrada.
-Sí, es genial. –me dijo sonriendo.
-Pero espera un momento… Cómo que habías quedado con Tay si no sabías todo esto… -dije.
-Ah, bueno… Eso, eso… Es que, eemm… -miró a Serena y a Sammy.
-¡Esto lo teníais planeado! –les reproché.
-¡Qué va! –dijeron las tres al unísono.
Después todas nos reímos.
-Pero una cosa. –les dije.
-¿Qué ocurre? –me preguntó Serena.
-¿Cómo sabíais que diría que sí?
-Porque siempre dices que sí. –contestó Emma.
-No siempre digo que sí. –le reproché.
-Sí, sí lo haces. –me contestaron a la vez Sammy y Serena. (Es algo que hacen a menudo, Emma y yo no sabemos muy bien como lo hacen)
Después hubo un pequeño silencio, no me gustaba lo que me habían dicho. Lo de que siempre digo que sí. No era cierto. No siempre digo que sí. Pero bueno, no le dí mucha importancia.
A continuación, la tarde pasó como otra cualquiera. 

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